viernes, 25 de noviembre de 2011

NO TIENEN VERGÜENZA


NO TIENEN VERGÜENZA

El Gobierno, tal y como se venía rumoreando, ha concedido el indulto a Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del Banco Santander que había sido condenado por presentar una denuncia falsa a sabiendas, con ánimo de meter a unos inocentes en la cárcel, cuando era presidente de Banesto; presidencia de por sí irregular pues recordemos que Banesto fue intervenido por el Banco de España en 1994 por un "pulso" de González, el ególatra.

Fue condenado a pena de prisión e inhabilitación. Sáenz presentó una querella criminal por estafa y alzamiento de bienes contra los empresarios Pedro Olabarría, Luis y José Ignacio Romero y Modesto González Mestre, a los que reclamaban una deuda de 600 millones por las empresas del grupo Harry Walker a las que representaban.

El juez Luis Pascual Estevill dictó prisión preventiva para los falsamente denunciados. Esta decisión fue considerada injusta por el Tribunal Supremo y el juez fue condenado por prevaricación y detención ilegal en 1996.

Una vez archivada la causa, los empresarios y Rafael Pérez Escolar, consejero de Banesto ya fallecido, presentaron una querella contra Sáenz y los otros ejecutivos relacionados con Banesto.

El Juzgado de Instrucción número 20 de Barcelona investigó el caso pero los del Santander lograron que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña archivara la causa por entender que la acción de Sáenz no era constitutiva de delito.

Sin embargo, en mayo de 2006 el Tribunal Supremo anuló esta resolución y ordenó al TSJC que continuara con la tramitación de la causa.

Y en diciembre de 2009 la Audiencia Provincial de Barcelona condenó a Sáenz a seis meses de prisión por los delitos continuados de acusación y denuncia falsa, absolviéndole del delito de intento de estafa procesal.

En marzo de 2011 y por presiones, ya el Tribunal Supremo rebajó la pena a tres meses de prisión y de inhabilitación para ejercer funciones en banca, por el delito de acusación falsa.

Sáenz pidió el indulto y el Tribunal Supremo lo rechazó porque "no se aprecian razones de justicia o equidad, por lo que se informa desfavorablemente". Vamos, que si se absuelve a un sinvergüenza, habría que absolverlos a todos, aunque no sean amigos de Botín.

Pero ahora va el Gobierno, ya con un pie en la calle, y lo indulta. Lo que da lugar a pensar qué favores están pagando con éste indulto que produce escándalo social porque da a entender que los poderosos pueden encarcelar inocentes cuando les venga en gana y luego salir indemnes de sus fechorías. Estos ni siquiera pueden irse con un mínimo de dignidad, no tienen vergüenza.

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