viernes, 19 de septiembre de 2008

EL DETECTOR DE MENTIRAS POLÍTICAS

Los viejos pecados arrastran nuevos problemas

El Fiscal General que mintió a sabiendas

Cuando era íntimo de Otegui y este le reclamaba cuando lo detuvieron
"¿Lo sabe el Fiscal Conde Pumpido?"

Una de las matronas terribles del ahora ilegalizado partido

En Massachussetts, un investigador canadiense, David Skillicorn, acaba de elaborar un detector de mentiras políticas, es decir, un ordenador capaz de descubrir falsedades en los discursos de los aspirantes a un cargo político. Utilizado hasta ahora en los dos candidatos a la Casa Blanca, deja en peor lugar a Obama, que según el aparato tiende a recurrir con más frecuencia a un lenguaje manipulador que el republicano McCain.
Y digo yo qué necesidad tenemos del aparatito en cuestión cuando somos capaces de pensar por nosotros mismos.
Por ejemplo, viene ahora el Tribunal Supremo e ilegaliza de modo seguido, primero a ANV (Acción Nacionalista Vasca) y más tarde al PCTV (Partido Nacionalista de las Tierras Vascas) y encima, la Audiencia Nacional ha declarado que Gestoras pro Amnistía está integrada en organización terrorista (ETA, para variar). Como si se enteraran en este momento.
Pero lo más llamativo es que ahora la Fiscalía haya alegado que desarrollan una estrategia global de colaboración con la ya ilegalizada Batasuna, que incluyó el apoyo a la violencia de ETA y a su uso por la banda terrorista.
Esto lo descubren ahora, como San Pablo cayendo del caballo camino de Damasco, cuando era algo que todo el mundo sabía en el País Vasco y en el resto de España; todos menos el Gobierno, que en ese momento -no me lo cuentes, vecina, que no me quiero enterar- no quiso darse por enterado de lo que era vox populi. ¿Por qué entonces dijo el Fiscal General del Estado, Candido Conde Pumpido, hace unos meses que ilegalizar esos partidos era convertir el País Vasco en un nuevo Guantámo? Porque en aquél momento al Gobierno (¿para cuando una verdadera separación de poderes?) le convenía que se dijera eso porque andaba en conversaciones con ETA y todo eran halagos y besitos y el permitirles presentarse a las elecciones era parte de lo acordado con la banda terrorista. Y cuando toda España clamaba que eran los mismos perros con diferentes collares, ellos se empecinaban en que no. Consecuencias de aquello es que ahora, a pesar de la ilegalización, están en muchos Ayuntamientos y cobrando dinero que procede de los impuestos de todos los españoles.
Esa es la consecuencia de que gobierne la estulticia en La Moncloa. Y contra la estulticia, desafortunadamente, no hay nada inventado.

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