VIOLENCIA EN LAS CALLES

VIOLENCIA EN LAS CALLES


La primera huelga general convocada por los sindicatos en el sector público de Castilla La Mancha para protestar de los ajustes del Gobierno ha tenido un seguimiento menos que discreto y ello a pesar de calentar las calles durante varios días.


Total, un seguimiento de cuatro gatos que pone en evidencia el divorcio existente entre trabajadores y sindicatos.


Están intensificando la crispación en las calles en un vano intento de evitar que el 25 de marzo en Andalucía y Asturias las urnas respalden la revolución conservadora. 


En Barcelona ayer, manifestantes violentos cortaron calles, quemaron contenedores e incluso llegaron a herir a siete Mossos d'Escuadra. Incluso pretendían entrar violentamente en la exposición más importante de telefonía celular que se celebraba en Barcelona, lo cual hace que sufra la imagen internacional de la ciudad, pero esto no les importa.Todos estos violentos deberían ser condenados a pagar todos los daños causados en el mobiliario urbano, en Bancos y comercios, y a limpiar calles y plazas, así en la próxima ocasión se lo pensarían dos veces antes de romper o ensuciar nada.


Gobernar no es solamente ir a Bruselas cada dos por tres y hablar con otros mandatarios europeos, gobernar es también que haya orden en las calles y que las personas puedan circular e ir a trabajar en paz. Tome nota el Gobierno de lo que tiene que hacer y cumpla con su deber. No es casualidad que la Comunidad que preside Esperanza Aguirre sea la única que no ha gastado por encima de sus posibilidades, ¡y piensa seguir recortando! y además ya ha advertido, ante el anuncio de los sindicatos de manifestarse en Madrid, que su prioridad será el orden en las calles. 


Los Sindicatos, que nunca se han acordado de las víctimas del 11-M, ahora en un gesto más de indignidad, han convocado una manifestación de protesta para el próximo día 11 de marzo y dicen que, de camino, harán un homenaje a las víctimas. Las víctimas del 11-M ya han dicho que el mayor homenaje es que las dejen en paz en el octavo aniversario, que vociferen en otra parte y no mezclen churras con merinas.


Lo mejor que se puede hacer por las víctimas es revisar el 11-M a la luz de la aparición de nuevos datos sobre la masacre y desmontar todas las mentiras que algunos acumularon sobre aquellos hechos terribles.