domingo, 16 de octubre de 2011

UN AÑO MÁS, LA ROMERÍA DE VALME



UN AÑO MÁS, LA ROMERÍA DE VALME

Una pequeña talla de madera de cedro, policromada y estofada, de estilo gótico y de tan sólo 0,67 centímetros de altura, sedente e hierática, con el Niño en brazos en actitud de bendecir, que se ha conservado desde la Baja Edad Media y ha llegado hasta nosotros vestida en estilo barroco, como tantas otras imágenes, y que recuerda con su nombre de Valme, según cuenta la leyenda, aquella petición que le realizó a la imagen el Rey Fernando III en su reconquista de Sevilla: ¡Valedme, Señora, en esta empresa que realizo en nombre de Dios y gloria vuestra, y yo os prometo poner en este lugar el primer pendón tomado en la ciudad!, volverá al Cerro de Cuarto.

El 23 de noviembre de 1248 entró triunfante Fernando III en Sevilla, y en cumplimiento de aquella promesa hizo construir en Cuarto, llamado así por distar cuatro millas de la ciudad,  una capilla de estilo mudéjar, donde se veneró la imagen desde esa fecha y donde brotó un manantial que aún se conserva. Y a los pies de la Virgen colocó el Rey el pendón del rey moro. Hoy en día pervive una población llamada Fuente del Rey, en recuerdo de aquel hecho.

Actualmente el pendón y la Virgen están en la parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas, Sevilla. La razón de ello puede remontarse a que con ocasión de catástrofes o epidemias la Virgen era llevada en procesión a Dos Hermanas. En 1802, quedó definitivamente en la parroquia.

Desde 1894, con apenas interrupciones, la imagen es llevada hasta la ermita de Cuarto en romería el tercer domingo de octubre, tras la tradicional misa de romeros, en una carreta tirada por bueyes y adornada con flores de papel rizadas a mano, como se usa en Andalucía, y seguida por otras carretas, engalanadas también con dichas flores componiendo llamativos dibujos muy coloristas, mujeres ataviadas con trajes de flamenca, caballistas y romeros a pie.

Hoy, una vez más, han madrugado cohetes y romeros y las calles se han llenado de fieles que entre canciones y vítores acompañan a la Virgen en su camino hacia Cuarto. El aire se ha llenado de olor a pólvora e incienso en este día más veraniego que otoñal debido a las altas temperaturas que gozamos.

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