martes, 21 de febrero de 2012

EL CASO BLANCO






EL CASO BLANCO


Aireaba el otro día el diario El País que Pepiño Blanco, en comparecencia judicial como imputado, había negado cualquier pago al empresario farmacéutico Dorribo y como prueba esgrimía la de que no existía constancia escrita de esos pagos desde la cuenta que tenía Dorribo en Andorra. 


En cambio si confesó Blanco ante el Tribunal Supremo que era posible que hubiera dicho que "lo miraría" durante un encuentro que mantuvo con el empresario de transportes José Antonio Orozco, que se interesaba por la obtención de un permiso para recoger medicamentos en viviendas, porque esta frase la utiliza habitualmente en sus encuentros con empresarios aunque no haga gestión alguna.


Esto nos da una idea de qué tipo de persona es Blanco, que confiesa con la mayor tranquilidad que suele decir sí, sí, lo miraré, mientras piensa, no, no, no miraré absolutamente nada. Pues qué bien, lo que se dice una persona de fiar.


Pero este martes ha acudido a declarar el empresario Jorge Dorribo ante el Tribunal Supremo y se ha ratificado en cuanto dijo, según su abogado, que añade que no puede concretar nada porque existe secreto del sumario decretado por la justicia pero que su cliente "ni miente, ni dice nada diferente a lo ya declarado, es más, ni calumnia ni está diciendo una mentira". Es decir, que podemos deducir que insiste en que pagó a Blanco con su primo político, Manuel Bran, actuando como intermediario.


Hay que recordar que según el escrito de exposición razonada que la juez Estela San José envió al Tribunal Supremo, existen mensajes de móvil que vinculan a Blanco con un presunto trato de favor al empresario antes citado, José Antonio Orozco, vicepresidente de Azkar.

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