lunes, 28 de junio de 2010

CRUZAR LAS VÍAS DEL TREN



CRUZAR LAS VÍAS DEL TREN

Una vez pasado el revuelo de la tragedia de Castelldefels hay que ser realistas y reconocer que hay mucha gente cruzando cada día por donde le parece y esto a pesar de los pasos subterráneos, de los vigilantes, y de que para cruzar por las vías hace falta tomarse el trabajo de tirarse primero desde unos 80 centímetros y subir luego otros tantos.

Yo he podido ver a gente tomarse en efecto todo ese trabajo cargados con maletas o hasta con un cochecito de bebé con el bebé dentro, a veinte metros del paso subterráneo. Y si les adviertes del peligro te dicen claramente que hacen lo que les da la gana, que es la razón utilizada por todo el que obra en contra de las normas sociales, desde bañarse en las fuentes o lavar ropa en ellas, cortar rosas en los jardines públicos o poner a defecar al perro en los parques y aceras, por ejemplo.

Nadie puede creer, sea del país que sea, que el cruce normal sea a través de las vías con riesgo de la vida, sobre todo cuando hay un andén a sensible altura del suelo. Hay que buscar siempre donde se halla el paso adecuado, aunque esté a setenta metros de distancia, por que la vida vale más que ese minuto perdido en buscarlo. Dicho sea lamentando obviamente la tragedia de esos jóvenes, pero esa tragedia se podía haber evitado con un poco de sentido común.

Las pasarelas se están retirando en toda España por su peligrosidad, caídas, arrojar piedras al tren, etcétera, siempre son más recomendables los pasos subterráneos. Y, sobre todo, prudencia y responsabilidad.

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