martes, 30 de octubre de 2007

TRIBUNALES SORPRENDENTES

Siempre se ha dicho que los ingleses son muy suyos y los escoceses, más aún, pero se ve que en sus tribunales son capaces de batir todos los records.
Acaban de considerar "agresor sexual", aunque la sentencia no se dictará hasta el mes próximo, por un suceso que ocurrió en octubre de 2006, a Robert Stewart, pero sujétense bien al sillón, es el supuesto agresor sexual...¡de una bicicleta!
El incidente, digno de una película de Berlanga, parece que se produjo en el Aberley House Hostel, en la ciudad de Ayr, al sudoeste de Escocia. Dos trabajadoras del establecimiento hotelero trataron de entrar en la habitación que ocupaba Stewart, según informa The Telegraph. Llamaron varias veces y, al no recibir respuesta, usaron la llave maestra. Según se deduce por sus testimonios, el inquilino estaba dentro de la estancia, vistiendo solamente una camiseta blanca y desnudo de cintura para abajo, "el acusado, sostenía su bicicleta y movía sus caderas hacia delante y hacia atrás como si practicara sexo", concluye el fiscal, Gail Davidson, que además de fiscal, debe ser entendido en bicicletas.
Todo se ha originado porque las camareras del hotel, al parecer "conmocionadas" por lo que veían, avisaron al director, y éste a su vez, a la policía.
Encima, y a pesar de que cualquiera pensaría que una habitación de hotel que pagas es un lugar tan privado como tu propio domicilio, va Stewart, que, o es más inocente que un chupete o debe tener el peor abogado de toda Escocia, y se declara culpable " de alterar el orden público"...¡en su propia habitación!
La sentencia, como decimos, no se hará pública hasta el mes próximo, pero el nombre de Stewart figura ya en el registro de agresores sexuales (supongo que para prevenir posibles violaciones de inocentes bicicletas).
Este caso puede parecer sorprendente y bastante chocante, pero no es el único en la puritana Escocia. El electricista Karl Watkins, fué encarcelado en 1993 por practicar sexo "con la acera". y no me pregunten como es eso posible porque The Telegraph ha tenido la delicadeza de omitir los detalles.

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