jueves, 30 de octubre de 2008

LA ENERGÍA DEL INVIERNO


Aunque siempre es aconsejable consumir frutos secos, en invierno es más aconsejable que nunca porque es la despensa que la naturaleza nos regala para subsistir. Es deseable consumir al día 30 gramos de cualquiera de los frutos secos en sustitución de otros tipos de grasas que consumimos en nuestra alimentación diaria, no como complemento porque entonces nos engordarían.
Es alimento ideal para personas que realizan un gran esfuerzo energético en un corto espacio de tiempo. No olvidemos que los habitantes del desierto se alimentan de un puñado de frutos secos.
En la Jornada Técnica sobre frutos secos que ha celebrado la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados así se ha puesto de manifiesto y se ha resaltado la capacidad antioxidante que poseen, sobre todo las nueces, que disminuyen la oxidación celular y actúan como preventivo contra el envejecimiento.
Además estos frutos son ricos en ácidos grasos polinsaturados y monoinsaturados por lo que reducen el colesterol total y el colesterol LDL. Son muy ricos en potasio, por lo que contribuyen al equilibrio iónico celular y al correcto funcionamiento de la bomba sodio-potasio, fundamental para el ritmo cardíaco.
Desde la más remota antiguedad se ha dado importancia a los frutos secos por su capacidad de alimentación en los momentos en que la tierra daba menos frutos. Y la nuez simboliza en muchas culturas el cerebro, por eso dice la tradición que mejora su funcionamiento.
Ahora es el momento de aprovechar las extraordinarias virtudes de estos frutos.

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