sábado, 11 de octubre de 2008

NOS LAMENTAMOS CUANDO OCURRE UNA DESGRACIA

La ministra de Fomento ante la prensa, en una postura física que es toda una definición de carácter con esa manita en el cuadril.


Nos lamentamos amargamente cuando ocurre una desgracia pero no hacemos nada por evitarla. Digo esto porque Fomento (Ay, Magdalena), según una carta hecha pública por la Unión Sindical de Controladores Aéreos el pasado 30 de agosto, ha estado permitiendo vuelos comerciales sin ningún control desde el aeropuerto cordobés.
El aeropuerto de Córdoba lleva más de un mes operando vuelos comerciales sin controladores aéreos y con el permiso de la Dirección Comercial de Aviación Civil. Flysur, la única compañía que venía operando allí decidió el jueves por la noche un "cese temporal" (mira, como la convivencia de algunos) de sus vuelos, cuando la prensa comenzó a interesarse por el caso. Porque nadie guía al piloto en la pista ni le informa de las condiciones metereológicas, con lo que a la menor sospecha del piloto había que desviar el vuelo a Sevilla.
El remedio ofrecido por AENA era una torre de control portátil, como una barraca de feria. Y las personas volando confiando en la hororabilidad de Fomento. Si no pasan más cosas es por pura casualidad no porque desde el gobierno se pongan los medios suficientes para evitarlo.

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