sábado, 18 de octubre de 2008

EL DESIERTO DEL AMOR

Un pueblo de cuento ¿de miedo?

En estos días se ha hecho eco la prensa del caso de una familia de Alaejos (Valladolid) a la que han recluido en una Institución para Enfermos Mentales. A mí me llama poderosamente la atención que recluyan a esta familia porque en ocho años que Petra, la anciana madre, llevaba muerta, nadie del pueblo, ni alcalde, ni servicios sociales ni vecinos se habían preocupado por saber de ella, pero hay más, hacía nada menos que 20 años que habían dejado de ver a una de las hermanas, Maribel, que ha resultado estar desde esa fecha sin salir de la vivienda.
Todos en el pueblo sabían que en el número 23 de la calle Casas Nuevas vivían, al menos, un hombre de 90 años con una hija, Macarena, aunque nadie se hubiese preocupado de la otra hija ni de la madre. Pero todos estos años sabían que su luz era todavía a 125v., que no tenían agua corriente por no haber podido pagar una avería ni los recibos, por lo que se veía obligada Macarena a ir cada mañana a la fuente para poder contar con algo de agua en la casa, y a nadie le preocupaba. Tampoco parece que les haya preocupado lo más mínimo si comían o no, aunque eran perfectamente conscientes de que malvivían, porque si no tenían para agua, ya me dirán. Ahora se rasgan las vestiduras de que hayan enterrado a la madre en el patio de la casa porque no tenían dinero para entierros.
Muchas veces tendemos a pensar que las ciudades están deshumanizadas pero que en los pueblos aún existe la colaboración entre vecinos, las charlas, la preocupación por su salud.
¿Qué desierto de amor es este pueblo en el que nadie ha sentido la necesidad de tender una mano a estas personas? A veces la gente no pide ayuda por timidez, por vergüenza, pero para eso están los servicios sociales del supuesto estado de bienestar y si esto falla, la simple humanidad, la preocupación de un ser humano por otro, como lo haría un animal cuando ve a otro animal herido. ¿De verdad creemos que es esa familia la que tiene afectada su salud mental? ¿Y sus vecinos, están en sus cabales?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás desde esas impresionantes torres, no se ha inculcado el mínimo amor hacia sus semejantes.
Y desde otras torres, solo se ayuda a aquellos que, por lo visto, generan riqueza, pero núnca a los que la necesitan.
Está claro que estas personas lo han necesitado todo y todo se les ha negado.
Espero que ahí, encuentren, por lo menos, a algún loco de amor.

MolyGalicia dijo...

Pues yo no sé que pensar....es cierto que en muchos pueblos pasan estas cosas...pero es que en algunas ocasiones hay gente muy introvertida y cerrada que no se deja ayudar....y en otros casos evidentemente los vecinos lo saben y no hacen nada....es muy triste...

Besiños

Ishtar dijo...

Pero el Ayuntamiento a través de los servicios sociales puede actuar, de hecho lo acaba de hacer, después de tantos años, ya podía haberlo hecho antes.
Besos, Moly.