jueves, 15 de noviembre de 2007

CURAR CON LARVAS DE MOSCA VERDE

Peces que "curan"


Larvas


Lucilia Sericata

No se conoce la fecha exacta en la que comenzó la terapia de sanación de heridas con larvas de la mosca verde (Lucilia Sericata), pero el primero en aplicarlas a cantidad de heridos a la vez, fue el cirujano francés, Jean Dominique Larrey, que en la campaña napoleónica en Austria (1809) trató con ella a más de 2.000 heridos en la batalla de Wagram, consiguiendo su rápida y asombrosa recuperación para reintegrarse al frente de batalla.
A principios de los años 20, volvieron a ponerse de moda estar larvas en EE UU y en los siguientes 20 años se aplicaron en 300 hospitales del país, hasta que con la aparición de la Penicilina, descubierta por Fleming, desplazó estos tratamientos.
Ahora que el abuso de antibióticos ha dejado sin efecto a estos en muchos pacientes, se vuelve a esta terapia que, aunque no está autorizada en España, se utiliza con éxito en Inglaterra, Francia, Alemania y EE UU.
Se ponen las larvas en un vendaje, de manera que puedan respirar, comer el tejido muerto (atención, nunca comen tejido vivo, no les gusta) y no moverse de la herida, y están dando muy buenos resultados pues las heridas sanan con rapidez asombrosa y las cicatrices son mucho menores.
Incluso se fabrica ya la Luciliacina, una pomada realizada a base de la secreción de las larvas, cuyas función es atacar el núcleo de las células de los microbios y provocar en ellas una actividad acelerada, hasta que el microorganismo infeccioso, estalla. Además esta sustancia secretada por las larvas contiene alantoina, que ayuda a regenerar los tejidos y unas sales que nivelan el PH de la herida. Esto ha hecho que se utilice en pacientes con escaras con buenos resultados.
Aunque a los pacientes les produce cierta aprensión este tipo de terapias, entre que haya que cortar el miembro herido porque llegue a producirse necrosis en los tejidos y gangrena y aceptar la cura a través de las larvas, los pacientes se deciden rapidamente.
También hay otros animales que se utilizan habitualmente en terapia, los peces.
La ictioterapia ha demostrado ir muy bien en los casos de psoriasis, enfermedad crónica e incurable de la piel, que se caracteriza por manchas rojizas, ligeramente inflamadas que se recubren de escamas blanquecinas. Afecta entre el 2% y el 4% de la población.
En Sivas (Turquía Central), el balneario de Kangal ofrece terapias de tres semanas de tratamiento por 3.600€. Son tratamientos en piscinas termales llenas de peces, que alivian el padecimiento.
En Viena, hay un Centro de Ictioterapia con bañeras individuales, con tratamientos de dos horas diarias por 103€, aparte del gasto previo de un reconocimiento médico que indique la idoneidad del tratamiento. El agua de estas bañeras no deja de circular en ningún momento y se depura constantemente. Los peces se dejan en cuarentena durante tres semanas después de cada tratamiento, con el fin de que no se propaguen otras patologías.
Los pacientes salen muy aliviados después del micromasaje de los peces.

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