Un pederasta alemán de 41 años fue condenado por un tribunal a una multa de 3.000€, pero al declararse insolvente se le conmutó la multa por 720 h de trabajo social, en principio en una granja. Pero el buen hombre habló con la asistente social que llevaba su caso y le comentó que le sentaba mal el aire libre y el contacto con animales por motivos de salud, que si daba lo mismo cumplir esas horas en una guardería, por ejemplo. Y la asistente social, que no cotejó su perfil, dijo "claro, por qué no", y lo envió tranquilamente a una guardería, que en su caso es como encargar al zorro de que cuide a las gallinas.
Naturalmente volvió a cometer abusos y algunos niños lo comentaron a sus padres.
Un portavoz de la Fiscalía de Osnadrück, confirmó la veracidad de los hechos y las medidas disciplinarias adoptadas contra la asistente social responsable.
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