Un empleado revisa una instalación.
El 8% del agua que se consume en Madrid, incluso en chalets del mayor lujo, es robada. La consiguen con enganches ilegales a la red del Canal de Isabel II, para poder regar sin gastar un euro grandes jardines o llenar piscinas cada pocos días. Se calcula que se roba hasta 44 hectolitros cúbicos anuales, a pesar de las continuas revisiones. El año pasado se detectaron 3.475 casos de fraude, no solamente en barrios pobres como Cañada Real, sino en La Moraleda.
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