Hospital Los Arcos (San Javier, Murcia)
Estamos hartos de ver casos de violencia doméstica, navajazos entre jóvenes en las salidas de las discotecas, muertes por odios o venganzas personales, la violencia parece ir en aumento cada vez más, pero no deja de resultar asombroso que alguien espere el paso de un coche por una autovía, un coche donde van personas desconocidas que nada le han hecho, para arrojar una piedra de tres kilos o más contra el parabrisas. Pues eso es lo que ha ocurrido este jueves, pasadas las 21,30h en la autovía AP-7 en el término de San Javier (Murcia).
La piedra, arrojada desde un paso elevado sobre la autovía, impactó en un coche, y el joven que viajaba de copiloto, Francisco Javier M.H. resultó herido de extrema gravedad porque la piedra o el cristal al romperse con el impacto, le seccionó la arteria aorta. El conductor llevó rápidamente a su compañero al Hospital de Los Arcos, en San Javier, donde llegó tan grave que finalmente falleció sobre las tres de la madrugada.
Personada la Guardia Civil en el puente, parece que quedaban aún varias piedras de gran tamaño en él. Alguien, hasta ahora desconocido, tenía previsto arrojar algunas piedras más. Ese alguien ha segado una vida humana, la de un chico de 26 años que estaba empezando a vivir, por el puro gusto de "ver qué pasaba" arrojando la piedrecita.
Estimo que la Guardia Civil debiera investigar de inmediato en San Javier para averiguar quienes tienen por costumbre "pasear" por el puente a esas horas e introducirse en algunos ambientes del pueblo porque quien lo haya hecho seguramente no lo puede callar y tiene que presumir ante sus amigos de su "hazaña". Esa vida, segada en plena juventud, se merece una investigación y esa familia desolada, también.
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