Isabella, cuadro lleno también de símbolos, sobre un poema de Keats
La ciega
Ofelia
Ofelia (detalle)
Es Millais un pintor perteneciente a la Hermandad Pre-Rafaelista, de la que es su mejor artista sin ninguna duda. Nació en Southampton en 1829 y con sólo 11 años ya obtuvo una plaza en la Royal Academy. El nombre del grupo proviene del deseo de volver a la simplicidad de los primitivos italianos anteriores a Rafael. Sus mejores cuadros son de este período, sobre todo la famosa Ofelia, con su aire romántico y misterioso, rodeada de símbolos y a la que algunos poetas, como Rimbaud, dedicaron sus versos:
OFELIA
I
En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos...
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.
Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno.
El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.
Los rizados nenúfares suspiran a su lado,
mientras ella despierta, en el dormido aliso,
un nido del que surge un mínimo temblor...
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.
II
¡Oh tristísima Ofelia, bella como la nieve,
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega
te habían susurrado la adusta libertad.
Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,
en tu mente traspuesta metió voces extrañas;
y es que tu corazón escuchaba el lamento
de la Naturaleza –son de árboles y noches.
Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco misterioso, a tus pies se sentó.
Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego;
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.
–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul.
III
Y el poeta nos dice que en la noche estrellada
vienes a recoger las flores que cortaste ,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis.
Su historia personal está llena también de contrastes, cuando nadie gustaba de ese tipo de pintura el joven Millais fue defendido junto a sus demás colegas por el crítico de Arte, John Ruskin, a quien a cambio robó su mujer, alegando ella, Effie Gray, además, que su huida del hogar marital era una forma de salvación amorosa, pues Ruskin, sexualmente impotente, nunca la había tocado desde la noche de bodas en que descubrió, con horror, que las mujeres reales tenían, al contrario que las pintadas por los Antiguos Maestros, vello púbico.
Al final de su vida su Arte parece vulgarizarse, sin alcanzar ya la cotas de sus comienzos.
El marco para el extraordinario cuadro de Ofelia lo encontró en un remanso de río Hogsmill, mientras paseaba con su amigo Hunt. El entorno, dentro del mito de Ofelia, es frondoso, colorista, de suerte que la melancolía que emana no resulta tan opresiva como en otros; Ofelia está desapareciendo entre aguas y musgos pero sus brazos y torso aún se aprecian y su rostro, ausente por completo, nos conmueve en su inocencia. Las flores que recogía y que arrastró en su caída están pintadas con exquisita precisión, violetas, nomeolvides, narcisos, lirios, margaritas, parecen flotar para siempre sin hundirse del todo, como ella misma, en un ahogamiento que no tiene fin. Elisabeth Eleanor Siddal fue la modelo para esta obra maestra, que le costó a la modelo una enfermedad por las interminables sesiones en las que posaba sumergida en una bañera llena de agua, vestida con un precioso vestido de la época. De hecho nunca más volvió a posar y padeció durante toda su vida problemas de salud. Aunque algunos biógrafos piensan que la modelo sufría continuos cambios de estado de ánimo que la llevaron a consumir láudano en exceso. Murió a los 32 años de muerte "accidental", aunque no consta lo que ocurrió exactamente.
Millais falleció en 1896 dejando una obra, en conjunto, muy interesante, sobre todo sus paisajes, que son menos conocidos que el resto de sus cuadros.
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