¡LLEGAN LOS REYES MAGOS!

Rey Melchor (Foto: EFE)

Hay que reconocer que es un día de ilusión para pequeños y mayores, puesto que los mayores vemos reflejados en sus ojos ilusionados nuestra infancia propia, con mucho más arraigo que Santa Claus o Papá Noel en España, puesto que las Cabalgatas que transcurren por todo el país, vistosas, llenas de luz y colorido y repartiendo regalos, contribuyen a alimentar las emociones ilusionadas de los más pequeños y además hoy es el día del tradicional Roscón de Reyes, con su sorpresa, su haba y su corona, más los rellenos que cada cual le agregue. Pero dicho esto, deberíamos reflexionar sobre el aluvión de regalos que cae de improviso sobre los niños, tantos que su atención se dispersa y no pueden disfrutar de ellos. Sería mucho mejor que los regalos fueran dos o, como máximo, tres y el resto de juguetes se les fuera dosificando a lo largo del año. De lo contrario el niño, que de por sí es incapaz de fijar su atención por largo rato en una misma cosa, se aburre, no sabe con qué jugar y al final los juguetes que tan caros costaron acaban encima de algún armario, mientras en muchos otros países, miles de niños solamente tienen para jugar su propia imaginación puesta sobre una piedra o una simple ramita.
Por otra parte, pocos padres piensan antes de comprar un juguete si es adecuado para su hijo y qué habilidades puede desarrollar con él, el niño lo pide porque ha visto miles de veces el anuncio televisivo y punto. Pero el niño no es el que debe educar, los padres sí, y es labor de los padres comprobar si los juguetes serán buenos o no para su hijo porque cualquier juguete no es bueno para cualquier niño. Unos tienen unas necesidades y otros, otra. Y la mayoría de los niños agradecen más aquellos juguetes en los que los padres intervengan y jueguen con ellos que aquellos con los que deben jugar solos. Por eso, no pensemos en regalar lo mejor, lo más caro, lo más aparatoso, sino en aquello que más se adecue a su edad y circunstancias. Y ese será su regalo preferido.