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The Wall Street Journal opina que en España el plato de "unidad nacional" no es el gazpacho, ni la tortilla de patatas ni la paella, debe ser las "patatas bravas".
Lo define como un plato socializante y les dedica todo un artículo no solamente en el aspecto culinario de dichas patatas sino en su trascendencia como aglutinante de la sociedad. Opinan que las patatas bravas no se hacen nunca en casa (qué sabrán ellos, angelitos) y por lo tanto es un "plato social" que la gente degusta mientras charla en los bares.
De hecho König, la salchichería alemana, tiene gran éxito en Cataluña con sus patatas y su tradicional salsa brava y varios establecimientos abiertos de gran consumo popular, tanto que consumen cinco mil toneladas de patatas cada mes entre todos sus establecimientos.
La cuestión es que para ellos, los americanos del artículo del periódico, a estas patatas les va cualquier salsa, pero yo solamente las tomo con salsa brava, si no, serán cualquier cosa, patatas a lo que sea, pero no a la brava.
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