miércoles, 23 de enero de 2008
EL CARNICERO QUE ENJUGÓ CON LIBROS SU DOLOR
¿Cómo se realiza el duelo cuando el dolor se clava en el alma? ¿Cómo seguir viviendo? Juan Francisco Arakama Imaz, de 57 años, carnicero de Alsasua se vio obligado a aprenderlo en sus propias carnes cuando el 16 de agosto del año 2005 un accidente de tráfico en la carretera de Zizur, con un camión que se empotró en el coche que conducía su hijo, mató a éste con tan sólo 20 años.
Estaban muy unidos, iban juntos a pasear, al cine, a esquiar, trató de apoyarse en la familia, muy unida, su mujer, sus cuñados, le ayudaron a superar la inmensa pérdida. Seguía saliendo al monte con Zeus, el perro de su hijo, y era un poco como salir con él pero el dolor seguía, lacerante.
Un día se atrevió a entrar de nuevo en la habitación de su hijo y vio sus estanterías llenas de libros. Empezó con "Cartas a Sophie" y aún no ha parado.
Nunca había sido hombre aficionado a la lectura pero descubrió que a través de ella podía estar en otras partes, vivir otras vidas, mitigar su inmenso dolor. Y, solidariamente, quiso compartir su descubrimiento. Así que instaló en su establecimiento de venta de carnes una estantería llena de libros y le habló de su nueva afición a sus clientas.
Así comenzó un sistema de préstamos de libros que le ha hecho popular. Cada día hay libros que se devuelven y se prestan en su negocio, todo gratis, para ayudar a "continuar la vida". La pérdida de un hijo es siempre irremplazable pero los libros han demostrado ser una buena terapia y un linimento muy especial para el dolor.
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