martes, 8 de enero de 2008
LA OXITOCINA
En la búsqueda del árbol del Bien y del Mal anda trabajando Paul J. Zak, director del Centro de Estudios de Neuroeconomía de la Universidad de Claremont, en California. Es uno de los mayores investigadores del papel de la hormona llamada Oxitocina, relacionada con la afectividad y la ternura, en las relaciones económicas. Hasta ahora a la oxitocina se le reconocía su papel en el enamoramiento, el orgasmo, el amor materno y, recientemente, debido a los estudios realizados en la Universidad de Zurich, también se ha vinculado su secreción a la confianza en otras personas.
La oxitocina es un marcador fisiológico de la empatía y una mayor cantidad de ella aumenta tanto la confianza como la generosidad hacia los otros. En cambio no aumenta el altruismo, que es un sentimiento individual y que no requiere de una identificación con el otro. Zak ha descubierto que los "egoistas" tienen una disfunción de oxitocina, al igual que los sociofóbicos. Ha demostrado como un solo egoista en un grupo de generosos con ausencia de normas, puede volver a todos avaros; y como, cuando hay de por medio un castigo, el codicioso empieza a cooperar.
Además la oxitocina nos hace proclives al consumo, de ahí que las grandes superficies hayan descubierto el "neuromarketing" y ofrezcan música agradable y un clima de bienestar.
Ahora quieren seguir ahondando en estos temas y ver como se relaciona la toma de decisiones arriesgadas con las personalidades impulsivas.
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