lunes, 5 de abril de 2010
EL MAQUIAVELO DE LEÓN
EL MAQUIAVELO DE LEÓN
La Esfera de los Libros ha editado esta obra, escrita por el periodista José García Abad, director de los semanarios "Nuevo Lunes" y "El Siglo", que amenaza con remover el entorno de Rodríguez, ya bastante agitado.
Rodríguez no es en este libro la dulce criaturita que desea aparentar ser, ese Bambi del que tanto se ha hablado; aquí el autor trata de explicar lo que hay tras esa misteriosa sonrisa de Rodríguez, que mantiene contra viento y marea cual Giconda, con la que está cayendo.
Cuenta todas las técnicas y triquiñuelas a las que ha recurrido para mantenerse en el poder a costa de lo que sea, su habilidad para pactar hasta con el diablo si lo considera necesario, su costumbre de enfrentar a sus colaboradores entre sí y su capacidad de eliminar a cualquiera que amenace con hacerle sombra.
Un personaje que se cree llamado por el destino para salvarnos a todos, que ha sido ungido con una señal especial de la providencia, que pretende que sus ministros sean sus esclavos, los ningunea y los aparta en cuanto pretenden opinar por sí mismos.
También narra asuntos nunca aireados hasta ahora sobre operaciones relacionadas con el BBVA, Telefónica, Endesa y Repsol.
El autor, que no hay que olvidar que es de izquierdas, llama a Rodríguez "virtuoso del ilusionismo" y de las nubes de humo. Para él lo importante no es el contenido, sino cómo venderlo, su proyecto político queda supeditado a la cosecha de votos y a lo que vayan diciendo las encuestas. Vamos, como Groucho Marx, "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros."
Nunca ha trabajado fuera del PSOE, o sea, no sabe lo que es trabajar ni lo que es el paro o las preocupaciones de cualquier trabajador.
A él nunca le atañen los problemas que nos afectan a los españoles porque siempre hay fuerzas exteriores (o anteriores) a las que culpar y achacar todo cuanto ocurre de malo, él siempre es el bueno que trata de pacificar y componer. Y sí, de componendas, sabe un rato.
Lo que desde luego le viene grande es el título del libro, pues ya quisiera Rodríguez tener la talla intelectual de Maquiavelo o del Príncipe que le sirvió de inspiración, Fernando el Católico. Éste es un Maquiavelo de andar por casa y de medio pelo.
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