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EXPLOSIÓN DE BLANCURA
Mediado casi abril, un mes más tarde de lo que acostumbran, debido al frío que hemos padecido este pasado invierno, más de treinta variedades de cerezos se multiplican estos días en el paisaje del Valle del Jerte, en Cáceres, y estallan de blancura como si de repente se llenaran de copos de nieve en primavera. Serán apenas diez días de una belleza inigualable que al desaparecer, dejan tras de sí la riqueza de la región, el futuro que se abrirá a mediados de mayo como preciosos rubíes colgados de los árboles. Las maravillosas cerezas, tan sabrosas, diuréticas, que eliminan los niveles de ácido úrico de la sangre, que nos aportan calcio, hierro y vitamina C, tan dulces, tan ricas que hasta los rabillos se usan.
Si se dejan los rabillos, una vez bien lavados, en remojo toda la noche y después se hierven en esa misma agua durante cinco minutos, se dejan enfriar y se pasan por un tamiz, el líquido resultante nos sirve para depurar nuestro organismo y eliminar todas las toxinas acumuladas.
2 comentarios:
Vaya! No sabia lo de los rabitos, me parece estupendo ese consejo.
Lo voy a tener en cuenta, porque siempre viene bien.
Un beso.
Hola, Empar, sí que viene bien. Este agua la puedes conservar dos días en el frigorífico, si haces mucha, e ir tomando vasitos a lo largo del día.
Un abrazo.
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