domingo, 11 de abril de 2010
PREMIO EUROPA NOSTRA A LA RESTAURACIÓN DE LOS DESCALZOS DE ÉCIJA
PREMIO EUROPA NOSTRA A LA RESTAURACIÓN DE LOS DESCALZOS DE ÉCIJA
La restauración de la Iglesia de Los Descalzos de Écija, joya del barroco en Andalucía, que llevaba cerrada más de 30 años debido a su deterioro, llevada a cabo por el arquitecto Fernando Mendoza, ha recibido el premio Europa Nostra ahora en abril, habiendo recibido además el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales 2010.
Los Premios Europa Nostra son el no va más del Patrimonio y la Restauración, como si fueran un Premio Cervantes o un Nobel.
Aunque en un principio se hizo en 2007, dentro del Proyecto Andalucía Barroca 2007, un presupuesto de 3.203.209 millones de euros, para estabilizar la estructura del edificio, impermeabilizar, modernizar todas las instalaciones y restaurar los bienes muebles que posee, parece que al final ha salido por cinco millones de euros. Mientras los gastos sean de este tipo y no en proyectos extraños y peregrinos, bienvenidos sean, ya que no olvidemos que se hacen con el dinero de todos los ciudadanos.
La construcción de éste templo se inició en 1601 y se considera el máximo ejemplo del barroco andaluz, con una hermosa ornamentación de motivos pictóricos y yeserías, maravillosos retablos y un órgano que fue famoso por su calidad. Este templo formaba parte de un conjunto conventual hoy desaparecido porque fue demolido en los años 60 del pasado siglo para construir viviendas (lo que hace la incultura de los políticos), esta demolición se cree que fue la que inició el deterioro de la iglesia ya que es un edificio sin apenas cimentación y en el que no se habían realizado hasta ahora labores de conservación.
El templo tiene la clásica forma de crucero, con capillas laterales y numerosas pinturas, un retablo mayor extraordinario, rejería, celosías de madera, merece realmente la pena que vayan a visitarlo.
Y, cómo no, continuar la visita por el resto del pueblo porque Écija tiene una riqueza monumental impresionante, sus palacios y casas señoriales merecen visitas detenidas y pausadas, el Palacio de Peñaflor, el de Benamejí, el de los Lasso de la Vega, el de Valdehermoso, el de Los Castrillos, el de los Palma, el de Villaverde de San Isidro y tantos y tantos otros edificios monumentales hacen de Écija un Museo vivo que debe conocerse y volver una vez y otra a visitar.
Y de paso probar las típicas gachas ecijanas, sus deliciosas yemas y sus tapas.
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