miércoles, 7 de noviembre de 2007
NADANDO CONTRA EL CANCER
Selina, una joven de 33 años diplomada en Relaciones Laborales, de carácter alegre y hábil nadadora, tuvo que enfrentarse al cáncer.
Fue la noche anterior a su primer día de vacaciones, se iba a ir a Copenhague con unos amigos, pero se detectó un bulto en el pecho y desde ese momento, el cáncer paralizó su vida.
Selina vive en Gandía y descubrió que tenía un tumor severo, muy agresivo y tuvo que luchar desde ese día 17 meses contra el cáncer, cirugía, quimioterapia, radioterapia, rehabilitación, pero logró vencerlo.
Al principio seguía nadando, si podía mil metros, pues mil metros, si solamente era capaz, de quinientos, pues quinientos, pero a partir del quinto gotero de la quimioterapia le llegó el bajón, físico y psicológico, se sentía agotada, incapaz de dar una sola brazada en el agua.
Fueron días terribles, se le cayó el cabello, lloraba por todo, "nadie puede saber lo duro que es hasta que lo pasas". Pensó que nunca más volvería a nadar. Pero fue recuperando fuerzas con ayuda de sus amigos y su abuela.
Al mes volvió a nadar porque la natación favorecía su recuperación, no se le hinchaban tanto los brazos. En agosto, se lanzó de nuevo al mar, quedó segunda en una carrera. Así que convenció a su oncóloga de que iba a entrenar para atravesar el Estrecho. El Instituto Valenciano de Oncología (IVO), hospital donde la habían tratado del cáncer, patrocinó el proyecto. Para ella era una manera de dar las gracias al personal y animar a otras mujeres en circunstancias parecidas. Su sueño lo llevó a cabo el pasado 10 de septiembre, al amanecer, con la mar tan quieta que parecía dormida. Su abuela, de 82 años, la esperaba en la orilla.
"La peor experiencia de mi vida, me ha dado fuerzas para cumplir la mejor". Enhorabuena, Selina.
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