La pequeña iglesia de Alarcón
Jesús Mateo
Un joven abogado, por obligación paterna, y pintor por vocación personal, Jesús
Mateo, descubrió en 1994 en Alarcón, un pueblo de Cuenca con triple muralla medieval, una maravilla, una pequeña iglesia de estilo herreriano que se usaba como almacén. Sin encargo ni patrocinio alguno, dedicó casi un año al diseño de los bocetos de lo que deseaba reflejar en sus muros para convertirla en la Capilla Sixtina del Arte Contemporáneo.
Las maravillosas pinturas murales que hoy iluminan el interior de la Iglesia, han sido declaradas de interés artístico por la Unesco. Siete años ha necesitado para acabarlas, 1.500 metros cuadrados, "El noveno día de la Creación". Sus amigos crearon la Fundación Pinturas Murales de Alarcón, para vencer la reticencia de la Iglesia a permitir que pintara. La fundaron con 5.000 ptas. por miembro (30 amigos, en total). El Parador de Alarcón, cedió la manutención del artista, que comenzó en noviembre de 1995. El Ayuntamiento aportó una casa, con luz de 125 voltios y sin baño. La empresa Solán de Cabras, contribuyó anualmente con un millón de pesetas. Así que la Obra, fue un poco la obra de todos.
Ha trabajado siempre solo, sin ayudantes, la obra es circular, sin principio ni fin.
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