domingo, 11 de abril de 2010

MERYAM BINT ABI YA' QUB AL-FAYSULI AL-ANSARI



MERYAM BINT ABI YA'QUB AL-FAYSULI AL-ANSARI

¿Qué se puede esperar de una mujer
que tiene ya setenta y siete primaveras
y es tan frágil
como la tela sutil de las arañas?
Se arrastra como un niño, buscando su bastón
y camina con él como el cautivo
cargado de cadenas.

Es uno de los pocos poemas que nos han llegado de esta poetisa andalusí que, aunque originaria de Silves, vivió en Sevilla sobre el año 1009, dedicándose a dar clases de literatura y lengua. Y aunque la traducción pierde irremediablemente la rima, el ritmo y la riqueza del lenguaje en el que fue escrita, aún podemos constatar su belleza.

Y también nos quedan poemas agradecidos de algunos de los que estudiaron con ella, así como testimonios de que fue mujer de gran religiosidad, activa y de inteligencia despierta.

Algunas personas se preguntan como fue posible que la cultura alcanzara en Al-Andalus cotas tan destacadas, hay que tener en cuenta que aquí confluyeron en aquél momento histórico las culturas que venían de Mesopotamia, India, Persia, Egipto, Siria, uniéndose a la europea del momento y floreciendo como nunca antes lo había hecho en otro país, y no sólo era la cultura, era también la jardinería, la arquitectura, incluso la gastronomía. Las calles estaban empedradas, alcantarilladas, iluminadas de noche como si fuese de día, había paseos ajardinados, tiendas y mercados, se escribían manuscritos  o llegaban las últimas aportaciones a la cultura desde cualquier lugar del mundo, era aquí donde estaban los mejores médicos, filósofos y pensadores, Córdoba, Granada y Sevilla brillaban en el mundo como grandes capitales en un tiempo en el que ciudades como Londres o Paris eran solamente aldeas llenas de basura. Por ello no es de extrañar que Al-Andalus se haya convertido en un mito para los árabes y sueñen aún con aquél paraiso perdido.

2 comentarios:

Mª José dijo...

Despues de tus preciosas palabras que me transportan a tiempos maravillosos, siento pena por el presente....ahora se nos conoce como siesteros, vagos, incultos, vamos vestidos de faralaes y las calles estan poseidas por comercios chinos (sin ofender a nadie)

Besos

Ishtar dijo...

Sí, es cierto, se ha perdido el amor a la cultura, el deseo de perfección, pero yo abrigo la esperanza de que en algún momento todo eso cambie y los andaluces, y los españoles en general, recuperemos el orgullo de serlo y seamos capaces de ser un ejemplo en valores y buen hacer. Porque eso hay que inculcarlo desde las primeras letras, en las familias y en las escuelas para que de su fruto más tarde.
Un abrazo, María José, y gracias por pasar por aquí.