Anthony Merino
Anthony Merino, de 24 años parecía un chico normal, tenía novia y un trabajo. Había trabajado unos cuantos turnos en el Holy Name Hospital, en Teanesk (New Jersey), cuando dijo a un guardia de seguridad que su llave del depósito de cadáveres no abría y necesitaba entrar para examinar un cadáver. El vigilante le dejó entrar, pero cuando volvió al rato lo que vio le puso los vellos de punta. Merino había abierto la bolsa de uno de los cadáveres, una anciana de 92 años fallecida hacía pocas horas y estaba practicando sexo con ella. El vigilante avisó a la Policía que cuando llegó encontró a Merino lavándose los genitales en el baño de hombres.
Un Juez de New Jersey ha ordenado su inmediato ingreso en prisión, bajo fianza de 400.000 dólares. Ahora está pendiente de una evaluación psicológica. Los delitos de que se le acusa pueden suponer una pena máxima de 10 años de prisión y 100.000 dólares de multa.
Quizás también necesite ayuda psicológica la prometida de Merino, que no pudo entrar en la Sala del Tribunal al sufrir un ataque de nervios.
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