Los repetidores de curso se multiplican cada año, pero no solamente es que hagan el vago y destrocen su porvenir, es que nos cuestan cada año mil millones de euros más.
Los profesores se quejan de exceso de alumnos en las aulas, pero hace años era normal tener 30, o incluso 35 alumnos por aula en un instituto y se guardaba silencio, respeto y se aprendía. Si el problema es, como dicen, que los niños emigrantes están más atrasados escolarmente, pónganse profesores de apoyo suficientes, pero sobre todo, hágase de una vez un Plan de Estudios en el que estemos a nivel europeo, que promueva el esfuerzo individual, la exigencia personal y el talento y dejémonos de tuteos al profesor y pasotismo en clase. El profesor debe ser, por su saber, una autoridad. Y hablando de esto, también deberían ser obligados a reciclarse constantemente y no quedarse obsoletos
Hace unos días, en una entrevista al Historiador Antonio Miguél Bernál, le preguntaban sobre las clases de Humanidades y recordaba que él aprendió Latín con García Calvo y esas clases eran inolvidables.
Así es, los que tuvimos la suerte de aprender latín con él sabemos que bajo su aspecto algo bohemio y transgresor late una gran capacidad como enseñante y una sabiduría gramatical y literaria verdaderamente increible, filólogo de talla mundial, sabe verdaderamente transmitir su saber, que es lo primordial para el alumno.
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