domingo, 4 de noviembre de 2007

MELANCOLÍA Y DEPRESIÓN

Cenizas (Edvard Munch 1894)

Melancolía (Edvard Munch 1894/95)

La natural tristeza por la pérdida de un ser querido
puede desembocar en una depresión.

Una investigación científica pionera en España permite medir físicamente la gravedad de la depresión. Su aplicación permitiría confirmar o puntualizar el diagnóstico previo de esta enfermedad cada día más común en el mundo moderno.
Se demuestra en este interesante trabajo, que los estímulos visuales en una zona concreta del cerebro permiten pautar física y estadísticamente la probabilidad de depresión en los pacientes.
Una onda que se produce en el lóbulo occipital del cerebro, la denominada zona P300 y que está asociada con la visión, puede ser determinante para medir con métodos fisiológicos la intensidad de la patología mental. El estudio presentado sostiene que hay una relación directa entre la amplitud de esta onda y el grado de depresión. A mayor amplitud del componente P300, menor gravedad de la depresión y viceversa.
Este estudio ha sido realizado por el Instituto Rafael Coullaut de Psiquiatría y el departamento de Psicología y Psiquiatría Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Los pacientes depresivos sufren un enlentecimiento de las facultades para procesar la información que reciben sus cerebros.
En algunas familias la depresión se presenta generación tras generación, sin embargo también puede darse una depresión severa en una persona sin antecedentes familiares de depresión. Sea o no hereditario, el trastorno depresivo severo está a menudo asociado con cambios en las estructuras o funciones cerebrales.

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