martes, 25 de enero de 2011

POR FIN ALGUIEN QUE SE PONE FIRME




POR FIN ALGUIEN QUE SE PONE FIRME

Una raya en el agua, si quieren, pero por fin hay un juez que no está dispuesto a dejarse avasallar por Rubalcaba, un juez que cree en la división de poderes.

El magistrado Pablo Ruz no sólo se niega a archivar la causa del caso Faisán, como viene pidiendo el fiscal, sino que ha solicitado diversas diligencias tendentes a prolongar e incidir en la investigación que se prolonga ya, sin resultado, desde hace casi cinco años.

Ha requerido a Enrique Pamies, jefe superior de Policía del País Vasco y al inspector José María Ballesteros, dos de los imputados en el caso Faisán (el tercero es el ex director general de la Policía, Víctor García Hidalgo), a que en el plazo máximo de diez días identifiquen al confidente de ETA apodado "el romano", a quién vienen utilizando como coartada para justificar el tráfico de llamadas entre ambos la mañana de la filtración.

Los policías que investigaron el chivatazo, sostienen que fue José María Ballesteros quien entró la mañana del 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán y entregó a su propietario, Joseba Elosua, un móvil a través del cual Enrique Pamies le advirtió de la operación que se había puesto en marcha contra la red de extorsión de ETA que operaba a través del bar. A esta conclusión llegaron después de estudiar todas las llamadas registradas entre las 11:10h y las 11:40h de esa mañana en que se produjo la filtración.

Como ambos policías, Pamies y Ballesteros, sostienen que en efecto hablaron, pero de otro asunto, de una cita en el sur de Francia con un confidente de ETA en el que uno debía cubrir al otro, el Juez les solicita le comuniquen de forma reservada todos los datos, identidad, filiación, localización etc...de dicho confidente para que preste declaración como testigo protegido a fin de confirmar su coartada, si es que existe tan confidente. 
 
También ha pedido el juez Pablo Ruz que acudan a declarar los responsables del servicio de información de San Sebastián, así como que los investigadores le informen de dónde estaban colocadas las cámaras para grabar los movimientos que se produjeran en el bar Faisán y a la Guardia Civil sobre los cortes e interrupciones que existen en algunas grabaciones.  Al menos algo empieza a moverse, no todo está perdido.

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