EL AÑO DE LA PATATA

Naciones Unidas ha declarado 2008 el Año Internacional de la Patata, para conocerla mejor en todas sus variedades. La idea fue sugerida desde Perú, cuna de este producto, y por el Centro Internacional de la Patata, un centro dedicado en exclusiva al estudio de esta planta.


Los tubérculos son los órganos comestibles de la patata y sus usos son múltiples. Los españoles la trajeron a Europa desde la cordillera andina y aunque al principio no fue muy apreciada, en seguida se hizo popular tanto para alimento de personas como de animales.


La patata protege el hígado y la vesícula biliar, reduce el colesterol, es un estimulante digestivo, diurética, es interesante también para los diabéticos por su contenido en insulina, sustancia que limita la concentración de azúcar en sangre después de las comidas.
En España, se consumen las blancas, de las que hay muchas variedades, las rojas, las amarillas, pero existen cientos de variedades más.


Comer una patata mediana con piel, aporta casi la mitad de la ingesta diaria recomendada de vitamina C y una quinta parte del valor recomendado de potasio. Incluso se piensa que los carotenoides y polifenoles que contienen pueden reducir las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como ciertos tipos de cáncer.


Se cree que su cultivo comenzó hace siete mil años, en la frontera entre Perú y Bolivia.
Pero curiosamente no fue hasta el siglo XIX que la tortilla de patatas se hizo popular en toda España.
Por cierto, las enzimas de la patata sirven para quitar manchas, se frota sobre la mancha seca con una patata antes de meter la ropa en la lavadora y sale magnífica, como en los anuncios de detergentes.


Cada europeo consume unos 93 kilos anuales de patatas, aunque aquí no llegan todas y cada una de las 7.500 variedades que existen de este producto.

En todo el mundo acompaña las hamburguesas, salchichas y filetes pero además, la nueva cocina, la ha convertido en espuma de la parte superior de la tortilla española, servida en una copa de martini en El Bulli. Hay para todos los gustos.