sábado, 2 de febrero de 2008
LOS OJOS
Nadie valora tanto el sentido de la vista como el que comienza a perderla, pero para un pintor sus ojos lo son todo, porque a través de ellos percibe el colorido de la vida.
Antoni Boronat comenzó a pintar a los 12 años en un taller de artesanía y desde entonces la pintura ha sido para él más que su propia vida.
En 1969, Boronat sufrió un desprendimiento de retina y se sometió a una de las primeras operaciones con rayos láser. Pero años después unas cataratas comenzaron a nublarle la visión, ya de por sí defectuosa por su miopía de 18 dioptrías. El color comenzó a desaparecer de su vida, todo se volvía pastel, perdía brillo e intensidad. Hace año y medio, la Clínica Barraquer logró devolverle la nitidez a sus ojos.
Ahora, Boronat ha reunido cuarenta obras y ha dedicado a los médicos que le atendieron una exposición, bajo el título "El redescubrimiento de los colores de mi paleta".
El pintor comenta que hay azules que le sorprenden, no los conocía, cuando contempló el azul del mar Mediterráneo, limpio, brillante, luminoso, se sintió sorprendido.
Las calles de Barcelona, los canales de Venecia, los puentes de París y de Praga llenan estos lienzos que expone en el Museu Diocesà de Barcelona hasta el 24 de febrero.
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