LOS RECUERDOS QUE PERSISTEN

Científicos argentinos de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, han logrado identificar una proteína capaz de convertir un recuerdo pasajero en uno permanente.
Para promover la persistencia y almacenamiento de la memoria a largo plazo, bastaría según creen con administrar dicha proteína. Este hallazgo demuestra que la duración de los recuerdos se puede modificar, puesto que sólo persiste en el tiempo si se modifica la proteína BNDF. En el experimento, si se producía la síntesis de la BNDF, los recuerdos duraban 12 días, pero si la bloqueaban, sólo dos. Así han logrado formar memorias persistentes en ratones y han abierto enormes perspectivas con respecto a las experiencias traumáticas porque podrían lograrse olvidar.
El ser humano siempre ha deseado olvidar aquello que le causaba dolor y desde la más remota antigüedad se ha debatido entre los dos ríos míticos, el Leteo del olvido y el Mnemósine, del recuerdo y la omnisciencia; ahora parece que al fin podremos decidir si recordar u olvidar.