viernes, 8 de febrero de 2008

EL DRAMA DE LAS SEPARACIONES

Eufemiano de Céspedes vive en un contenedor arreglado para vivienda a consecuencia de su divorcio.

Bruno Murillo ha vivido en pensiones y a salto de mata hasta que su familia le ha comenzado a pagar un alquiler a poca distancia de su ex y su hijo, gana 1200€ y le pasa 600 a su ex, entre pensión y pago de hipoteca.

En España se han disparado los divorcios, nadie aguanta la mínima, pero las consecuencias están siendo terribles porque muchos de los separados están abocados a la ruina económica a menos que posean grandes propiedades, buenos sueldos y sobre todo, que halla un buen acuerdo, lo cual es difícil porque por algo se separan, claro.
Muchos ciudadanos se convierten en "sin techo" a consecuencia de la separación. A los comedores de Cáritas acuden hombres que no tienen para comer con lo que les queda del sueldo después de pagar la pensión a los hijos y la mitad de la hipoteca de la casa que ya no disfrutan. Muchos se ven obligados a compartir piso con otros separados o a volver con los padres a los cuarenta años, con la pérdida de intimidad a que ello conduce, más las cargas añadidas de que no se regresa solo sino con la compañía regular de los hijos los fines de semana y las vacaciones "que tocan".
Entre un 35% y un 40% del sueldo se les va entre el pago de las pensiones y la hipoteca del piso que, como se queda para disfrute de los hijos, lo disfruta la parte de la pareja que se queda la custodia de ellos, que suele ser la madre.
En algunos casos, la mujer tiene ya una nueva pareja pero al no casarse, no consta en ninguna parte y como además el piso es para los hijos, pues la nueva pareja puede vivir allí tranquilamente.
Pocas comunidades, hasta ahora solamente Madrid y Euzkadi, han considerado la posibilidad de construir viviendas sociales para separados, a precios que puedan pagar con lo que les queda después de pagar las pensiones a los hijos y la mitad de la otra hipoteca.
Este problema se vería reducido si se disolviera la sociedad de bienes gananciales, en caso de existir, la vivienda común se vendiera y se repartiera el importe entre ambos y buscaran cada uno un nuevo piso a la medida de sus posibilidades. Ahora que estamos en campaña permanente, el Partido que anunciara esto, barrería de calle un montón de votos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tardes, mi nombre es miguel angel tengo 23 años de edad y solo deseaba felicitarla por su blog, la manera de contar las coas, aunque algunas sean muy tristes, me divierte esa ironía, ese toque personal que usted nos regala me hace mucha gracia.
Bueno pues eso que enhorabuena, no cambie.
Un saludo desde Sevilla, cuidese.

Ishtar dijo...

Gracias por leerme, Miguel Angel y por descubrir el matiz irónico entre el texto. Un saludo muy cordial.