sábado, 16 de febrero de 2008

LUGARES ROMÁNTICOS

River Café, bajo el puente de Brooklyn


Venecia, Puente de Los Suspiros


Fontana di Trevi

¿Quién no desearía cenar bajo el puente de Brooklyn con su amada, rodeado de flores sugerentes, en el River Café, mientras cruza los dedos para que el puente siga en pie, al menos hasta el final de la cena?
¿Quién no ha soñado besarse bajo el Puente de los Suspiros en Venecia, sin recordar como huelen realmente los canales? ¿O lanzar cogidos de la mano una moneda a la Fontana di Trevi, para enriquecer al Ayuntamiento de la ciudad?
Y sin embargo el verdadero amor es algo que se construye cada día, más allá de los sueños, con esfuerzo y dedicación.
El enamoramiento, no es exactamente amor. El enamoramiento es un desencadenante del proceso y debe ser compartido, pero no es aún el amor, sino su "fiebre". El enamoramiento puede producir toda una serie de síntomas físicos, taquicardia, enrojecimiento, mareos, frío, calor, temblores, alegría, tristeza, todo a la vez o por separado, se busca el contacto del otro, sentir su energía. Todo en esos momentos parece maravilloso y se camina entre nubes, como bajo el efecto de una droga.
Si el enamoramiento es capaz de transformarse en amor, es decir de comenzar a ver al otro tal y como es realmente y amarle igual, la relación se consolidará, de lo contrario, el enamoramiento será como una llama y se acabará consumiendo.
Tanto el amor como el desamor forman parte de la vida y de ambos podemos aprender, porque la vida toda es como una larga enseñanza que nos ayuda a desarrollarnos como personas y que sólo culmina en la muerte.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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