viernes, 8 de agosto de 2008

LA CASA DEL ESPÍRITU

Una casa para que el espíritu aprenda a volar

La escalera de entrada que baja hacia el patio

La casa al atardecer




El mirador

La casa como un punto de luz en el ocaso




Esta casa casi mágica existe y está a pocos kilómetros de Sevilla, en Burguillos, sobre una colina y frente a un lago artificial. Su construcción, significó volver a unirse al entorno sin agredirlo. Es obra del arquitecto argentino Emilio Ambasz, que la diseñó dentro de una finca de mil hectáreas llamada "La Roda", en 2004, para su propio uso y disfrute espiritual.
Su diseño se ha expuesto en el MOMA de Nueva York y ha obtenido diversos premios.
En su parte visible, la casa se compone de dos altos y blanquísimos muros que le dan un aire de vela al viento, navegando entre el mar verde de los olivos. Los muros, casi ciegos, tienen arriba un mirador de celosía desde el que contemplar el paisaje, al que se llega por unas empinadas escaleras de metal pegadas a los muros, una de subida y otra de bajada, como metáfora del camino espiritual.
Las pinceladas blancas que se observan en el terreno son parte de la casa, que vuelve a la costumbre de las casas cuevas propia de la cultura andalusí. Este tipo de casa ahorra energía, pues es caliente en invierno y fresca en verano de manera natural, por la protección de la misma tierra, que le da una temperatura constante de 20º durante todo el año. Al entrar en la casa, bajando unas escaleras, nos hallamos en un inmenso patio, al que dan las diversas habitaciones.
La casa toda es como un sueño blanco y puro desde el que trascendernos.

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