




Supuestamente, para el Gobierno no hay crisis, hay una pequeña "ralentización" económica, nada grave, según ellos. Pero hay diez síntomas que no dejan lugar a dudas.
ALIMENTOS: El precio de los limones y la leche ha subido un 46%; el arroz un 12%; el aceite de girasol un 43%; la harina de trigo un 30%; las judías verdes un 14,54%; los espaguetis un 21%; la docena de huevos un 11%, etc...
INMOBILIARIAS: Miles de piso sin vender, por más regalos y rebajas que anuncien.
CARBURANTES : Muchos ciudadanos están dejando de usar su coche debido a la subida de carburantes, especialmente el gasoil. Han pasado a utilizar el transporte público.
HUELGAS PRÓXIMAS : Agricultores, pescadores, transportistas y taxistas están dispuestos a salir a la calle porque los carburantes les comen sus márgenes.
ESTABLECIMIENTOS : Los bares y restaurantes están viendo como disminuye la clientela de forma alarmante, excepto los de mucho rango, que se resienten menos.
GRANDES SUPERFICIES : Disminuye la afluencia de público a los grandes almacenes, o la gente está esperando ya las rebajas o no hay un euro. En los electrodomésticos el panorama es desolador.
PRÓXIMOS CIERRES DE EMPRESA : Miles de pequeñas empresas van a echar el cierre y sus trabajadores pasarán a engrosar el paro.
PISOS QUE SE DESOCUPAN : Crece el número de personas que debe abandonar el piso por falta de dinero para pagar el alquiler.
CRECE EL PARO : Tres mil parados nuevos cada día y con tendencia a seguir subiendo.
FAMILIA : El consumo doméstico de las familias ha descendido en marzo, abril y mayo de manera muy llamativa.
O sea, que la crisis no existe, es cosa de la prensa que gusta de meterse con el Gobierno.
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