viernes, 27 de junio de 2008

TRISTE VEJEZ

Pedro y Violante

La juventud es siempre algo alegre, que derrocha vitalidad pero si sigues viviendo, ineludiblemente llegarás a viejo. Simplemente es así el ciclo vital. Pero mientras antes se tenía respeto por los mayores, sus experiencias y recuerdos, ahora se les desprecia cuando no se les avasalla.
Pedro y Violante llevan toda su vida viviendo en la misma casa, desde 1946, que ya son años; en ella han nacido sus hijos y han crecido, allí están todas sus vivencias y recuerdos. Es una casa humilde, pero con limoneros, gallinas, conejos y un pequeño huerto, allí Pedro, de 89 años, aún se afana en la huertecilla y Violante, de 84, recoge los huevos de sus gallinas, una vida ecológica y natural que muchos envidiaríamos si no fuera porque hasta su rincón ha llegado "el ladrillo".
El Ayuntamiento de Murcia, acordó el 26 de abril de 2006 expropiar esos humildes 234,05 metros cuadrados de que el matrimonio disfruta, para hacer, precisamente allí, una vía de seis carriles "vital" para las miles de viviendas previstas en la zona.
O sea, no se venden pisos pero tienen previsto que se vendan algún día y , de momento, no dudan en jorobar a estos ancianos que, por ley de vida no pueden durar mucho más y hubieran preferido morir allí donde vivieron.
El 10 de mayo de 2007, su abogado apeló, por motivos de salud, por la ansiedad con que estaban viviendo los ancianos el hecho de tener que abandonar su casa de siempre sin saber donde ir, porque les pagan 163.034 euros, con los que no pueden comprar algo ni parecido a lo que tienen.
El juez, en un gesto inusualmente humano en la Justicia,les dio la razón el 2 de noviembre y paralizó el desalojo.
Pero el Ayuntamiento apeló al Tribunal Superior y aquí ya no hubo esa humanidad, se admite que "el abandono de su vivienda habitual puede causar perjuicios a la pareja pero debe primar el interés general y son los familiares los que deben buscarles una vivienda similar".
Contra este fallo ya no caben recursos y tendrán que abandonar la casa, los ancianos se sienten humillados e impotentes, Pedro ha comentado, "parece que estamos en tiempos de Franco".
Peor, estamos en tiempos de muerte, porque esos ancianos, fuera de su ambiente, van a durar muy poco. Su salida de la casa es una sentencia de muerte. Y encima, han sido condenados a pagar las costas del juicio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo la sensación que vivimos en un país donde en vez de estar protegidos, estamos machacados, con una impotencia total y absoluta, sin poder agarrarnos a nada y estar sujetos a los caprichos de cuatro personas que se quieren hacer ricas hundiendo a los más débiles. BASTA YA!!!!