AHORA, NO TOCA
Ahora, a los de la "zeja" les toca estar mudos como gallinas y pasar del "no a la guerra". Ahora, no toca manifestarse a los Bardem de turno, por una razón de peso: el dinero. Lo único que les mueve, ahora y antes.
Solamente se ha alzado la voz de Santiago Segura, que ha escrito en su twitter " ¡NO A LA GUERRA! (¿o ahora no toca?)" pues en efecto, a pesar de que personalmente no vería una película suya ni aunque me pagaran por hacerlo, por lo cutre del estilo, es el único que tiene el riñón bien cubierto con sus propias obras, porque sólo con el fin de semana de su estreno de Torrente 4, recaudó 8,4 millones de euros, por lo tanto el único que se atreve a hablar.
Todos los demás "héroes" del no a la guerra callan ante el gobierno socialista porque esperan sus suculentas subvenciones. El Ministerio de Cultura, a través del Instituto de Cinematografía y de las Artes Visuales tiene pendiente de repartir este año de crisis, nada menos que 69.470.000 euros en concepto de ayudas al sector.
Ayudas para un sector al que España da la espalda, ya que el sector perdió respecto a 2009, 4,5 millones de espectadores y más de 24 millones de euros de recaudación. Sus películas no le gustan a nadie, por eso hay que subvencionarlas. Tiene guasa la cosa. No queremos verlas, pero nos sacan el dinero a base de subvenciones.
En lo que va de año, Cultura ha convocado once modalidades de subvenciones, que deberán resolverse en los próximos meses y después habrá una segunda convocatoria, así que todos mudos, que se juegan los cuartos.
La más cuantiosa es la convocada para la producción de largometrajes, con 49 millones de euros. El año pasado, por ejemplo, Pedro Almodovar se embolsó un millón de euros de subvención por los "Abrazos rotos".
También hay ayudas para la producción de largometrajes sobre proyecto, ocho millones de euros, a repartir; para la organización de festivales y certámenes cinematográficos en España, 1,1 millones de euros; para la realización de obras audiovisuales con el empleo de nuevas tecnologías, 800.000 euros; para la producción de cortometrajes, 1,72 millones de euros; para la producción de series de animación sobre proyecto, 1,5 millones de euros; para la producción de guiones de películas para largometrajes, 600.000 euros; para el desarrollo de películas cinematográficas de largometraje, 2 millones de euros; para la distribución de películas de largometraje y distribución de cortometraje españoles, comunitarios e iberoamericanos, 1,1 millones de euros; para la participación de películas españolas en festivales, 1,1 millones de euros; y para la conservación del patrimonio cinematográfico, 750.000 euros.
Con tanto dinero a repartir a costa de todos los ciudadanos, los presuntos artistas miran para otro lado y ahora no ven ni guerra ni víctimas.
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