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Acaba de inaugurarse en Sevilla un nuevo restaurante, de la cadena Abades. Se llama Abades Triana y está a la misma orilla del río. Cinco años les ha costado abrirlo, casi nada, y todo por protestas vecinales, de la acera de enfrente, que esa orilla donde está no tiene casas, que conste.
Ayer se inauguró oficialmente, aunque estaba ofreciendo eventos desde febrero. Han construido un mirador inferior, de ochocientos metros cuadrados, a nivel del agua, al que se puede acceder por unas escaleras desde la calle para disfrute de todos, no solamente de los que accedan al restaurante. Y una estancia en forma de cubo, sobre el agua, especial para fumadores, porque en el resto del restaurante, no se fuma, lo que es algo magnífico para degustar una buena cocina. Aunque para la media de la zona, resulta algo caro, unos 30 euros por plato y el menú "Tapas", 60 euros y el menú "Degustación", 80 euros. Pero claro, el lujo, hay que pagarlo y las demoras de Urbanismo, también.
3 comentarios:
hola tras leerles me gustaria hacerles un comentario al respecto y que es desde mi punto de vista personal a igual que interpreto lo suyos.
es cierto que hay restaurantes mas baratos que Abades Triana, pero no me parece correcto que se de a entender que la media de platos de la carta es muy cara, para decirle la verdad no he visto ningun plato de la carta que llegue a los 30 €, y si se prodria decir entre 25 y 30, aunque tambien los hay por debajo de 20 €.
por otro lado, el precio de los platos se marca por distintos factores que los pueden justificar como son la calidad, el servicio, la cantidad, el establecimiento... y que si todo esto es acorde y correcto no se tiene que entender como caro sino mas bien decir que lo bueno tiene su precio.
Yo entiendo, percibo y hablo desde el desconociemiento y que a la hora de escribir esas linieas, no han tenido la oportunidad de probar la gastronimia de ese restaurante pudiendo escribir y crear una opinion publica de un establecimiento sin tan ni siquira conocerlo.
atentamente
No, la crítica no iba contra el restaurante, la relación servicio, calidad-precio y entorno, no está mal, y se puede comer sin humos y junto al agua que siempre es un placer. Las críticas van más bien dirigidas contra Urbanismo porque con sus demoras impiden la apertura de más empresas en menos tiempo y contra unos vecinos que acostumbrados a oler a "sardinas vivas" cada verano por toda la calle, intenten oponerse a la apertura de un restaurante que da vida a la zona y la revaloriza.
Los precios son algo relativo porque dependen de la materia prima que se sirve y el servicio que se ofrece. Saludos.
El sitio tiene unas vistas inmejorables pero pedí un cochinillo crujiente con manzana al horno y no estaba bueno, lo tuve que dejar entero y nadie me preguntó porqué, ni el maitre ni los camareros, ahora eso si, los 22'5 euros del plato si que me los cobraron.
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