Acarreando los ternascos ya empalados.
Las raciones, con su pan incluido.
Preparando las raciones.
Plaza de los Fueros de Pamplona. Cola para la degustación.
Son los corderos navarros de esos que quitan el sentido, o que te lo devuelven, y Prodecasa (Asociación para la Defensa de la Calidad Alimentaria), quería hacer llegar ese sabor a los vecinos de Pamplona.
Y en la Plaza de los Fueros de la ciudad asaron 30 corderos de 12 kilos cada uno y sirvieron 200 litros de vino tinto y rosado, también navarros, todo acompañado de sus buenas hogazas.
¿Y por qué esta fiesta? Porque en Navarra se consume solamente el 10% del cordero autóctono, lo que resulta increíble para los que desde lejos soñamos con nostalgia con sus asadores.
La cosa dio para unas mil raciones dobles así que muchos pudieron disfrutar del sabor de esos corderos y, desde las ocho de la mañana, del aroma inconfundible de las brasas.
El asador profesional de Elorrio, Carlos Ibarrondo, fue el encargado de rehogar los 30 ternascos de 45 días, con vino blanco, coñac y sal y vigilarlos durante cuatro horas, asándolos al estilo tradicional, el "burduntzi", es decir, poner la pieza limpia y entera sobre las brasas, a la distancia adecuada y que se haga muy lentamente.
Todos estuvieron de acuerdo en que era el mejor cordero que habían comido en mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario