CARLOS BERZOSA

CARLOS BERZOSA

Está estos días la Universidad Complutense de Madrid bastante movida. Las próximas elecciones a rector el día 2 de abril, la profanación de la Capilla del Centro Universitario por una pandilla que jamás se atrevería con una mezquita, los actos de apoyo al juez Garzón, que si necesita apoyo es que no va derecho, el doctorado Honoris Causa para el actor José Luis Gómez, todo de lo más entretenido.

Pero lo mejor, cómo no, las palabras de Carlos Berzosa, el ya ex rector: "me queda poco ya de rector, me voy con la cabeza alta y con la dignidad que me proporciona el haber cumplido y el haber estado al servicio de algo a lo que me he dedicado toda mi vida. Hay quien quiere empañar mi gestión, pero será como cuando se empañan las gafas o las ventanillas de los coches, se limpiarán y se verán los 10 años limpios de esta gestión, los empañados se limpian con un simple trapo".

Muy lindas palabras si no fuera porque le va a faltar trapo para limpiar todos los pufos que deja. Su gestión ha estado plagada de graves irregularidades, tanto en la Universidad, como en la Fundación General de la Universidad Complutense.

La Fundación Complutense es una institución sin ánimo de lucro, que se constituyó en 1984 como resultado de la unión de otras 18 fundaciones del entorno de la UCM. Recoge los objetivos de una institución típicamente universitaria, cooperando en los fines propios de la Universidad Complutense y contribuyendo a la mejora de la transmisión del conocimiento, la investigación y la formación humana integral.

Sonar, suena a música celestial ¿a que sí?. Pero, siempre hay un pero, el problema es la falta de transparencia, como lo atestigua la Cámara de Cuentas de la Comunidad en su informe de Fiscalización. Incluso se ha visto obligada a un requerimiento de información dada la opacidad de las cuentas.

Las cuentas de 2008 fueron rendidas a la Cámara el 22 de diciembre de 2009, fuera del plazo establecido en la LCC y sin la aprobación del pleno del Consejo Social de la UCM, requisito que se tuvo que formalizar un mes más tarde, el 27 de enero de 2010.

Pero no se trata solamente de las trabas, es que hay graves deficiencias en el control de las cuentas, en una institución como la Fundación General de la UCM, cuyo presupuesto para 2008 fue aprobado el 13 de marzo de 2008, cuando ya llevaban dos meses gastando dinero, el presupuesto inicial ascendió a 607,2 millones de euros, un 7% más que el ejercicio del año anterior, y las modificaciones presupuestarias posteriores se elevaron a 53,3 millones de euros, por generaciones de créditos por mayores ingresos e incorporación de remanente. Tan sólo en gasto corriente se incrementó un 12%, hasta los 32,6 millones de euros, con un déficit de más de 9 millones de euros.

Todo ello contraviniendo, según el citado informe,  los principios básicos de contabilidad como el devengo (en Economía y Contabilidad, todo ingreso o gasto nace en la etapa de compromiso, considerándose ya desde ese momento como incremento o disminución patrimonial), y por la incertidumbre surgida sobre el montante de los derechos reconocidos pendientes de cobro, en las que  se incluyen inversiones no justificadas que procede anular.

En los siete expedientes de contratación fiscalizados, cuyo importe total asciende a 11,22 millones de euros, no hay constancia de la realización del informe de intervención de fiscalización previa del gasto derivado de la adjudicación del proyecto inicial de la obra. Y por otra parte, la autorización y disposición del gasto del proyecto modificado por importe de 1,88 millones de euros de la obra de la piscina cubierta de la Almudena, ni siquiera fue registrada en la contabilidad.

El trapo está ya como unos zorros, ¿verdad?. Pues seguimos, en la partida de personal el gasto se incrementó en un 5,6%, con una variación absoluta de 22 millones de euros. Dicha variación corresponde al "incremento general autorizado del 2% y los incrementos aplicados en concepto de pagas adicionales del complemento específico y en concepto de complemento adicional docente, así como a nuevas retribuciones de funcionarios y laborales resultantes de la incorporación procedente de las oposiciones y de los procesos de promoción interna". En fin, un galimatías sin quién, cuando, ni cómo.

Lo que si tenemos claro es que uno de esos "procesos" debe ser el de Ana Mourenza, esposa de Pepiño, que comenzó a trabajar en la asesoría jurídica de la Fundación General de la Universidad Complutense, gracias a un contrato laboral firmado por el entonces gerente de la Universidad, Dionisio Ramos, al que no pocos socialistas señalan como el cerebro de la operación Tamayo-Saez.

El diario El País, ya desveló que la Complutense desarrolló y mantuvo entre 1999 y 2002 un sistema de financiación paralelo al oficial que se nutría de fondos de seis colegios mayores, con ese dinero se pagaron 894.000 euros en gratificaciones y entre los presuntos gratificados figuraba un vigilante privado que protegió a Tamayo y Sáez (para quién no lo recuerde se trata de aquellos diputados socialistas, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez que se esfumaron oportunamente en las votaciones e impidieron así a Rafael Simancas alcanzar la Presidencia de la Comunidad, en medio había también, cómo no, dos promotores inmobiliarios amigos de Tamayo, total que hubo que repetir las elecciones). Ya les dije que le iba a faltar a Berzosa trapo para limpiar, y lo cuento por si alguien se pierde entre tanto lío porque en España la política es peor que una novela por entregas.