martes, 1 de julio de 2008

DEL DOLOR DE UNA VIDA

Foto de Frida Kahlo.

Cuadro pintado por el matrimonio Ribera-Kahlo

Cuadro de Kahlo: las dos Fridas, la mexicana y la europea, que se desangra, compartiendo un mismo corazón partido en dos.( Su padre era de origen alemán y su madre mexicana).

Autoretrato con el corsé de hierro que se vio obligada a usar durante años.

Niña con máscara de calavera.

Raices.

Del dolor de una vida a la popularidad tras la muerte. Frida Kahlo dejó escrito en su diario pocos días antes de morir "la ida será pronto y espero no volver". Y es que su vida había sido un calvario. Nacida en 1907 en México, en 1910 contrajo poliomielitis, una enfermedad antigua a la que nunca se había dado nombre, conocida ya en el antiguo Egipto ya que existe una estela con un enfermo, deja siempre una pierna atrofiada. En 1840, la enfermedad se denominó por primera vez parálisis infantil, porque los afectados eran principalmente los menores. En 1909 se descubrió que la enfermedad era producida por un virus, que solamente se da en los seres humanos y entra en el cuerpo a través de la boca, se desarrolla en los intestinos y se propaga por medio de las heces. Los EEUU encabezaron la campaña para encontrar una vacuna para la enfermedad, empujada sobre todo por el Presidente Roosevelt, que sufrió parálisis en ambas piernas a los 39 años, debido a la poliomielitis. Las campañas dieron su fruto y en 1954 ya existía una vacuna contra la enfermedad.
Para Frida llegaba tarde, pero su sufrimiento, el tener una pierna mucho más delgada que otra no acabó ahí, pues en su adolescencia fue atropellada por un tranvía que le rompió torax, costillas y pelvis y la obligó a guardar cama mucho tiempo. Quizás ese hecho y el casarse con el muralista Diego Ribera, la hicieron pintora. Por aburrimiento, empezó a pintar en el lecho y en el baño, realizó exposiciones al mismo tiempo que sufría el calvario de 22 operaciones que no lograron dejarla bien pero le permitió andar, aunque nunca pudo tener hijos como hubiera sido su deseo.
Su estilo personalísimo lo marcó su marido, al aconsejarle vestir con los largos vestidos de colores vivos típicamente mexicanos, cargada de joyas y con las cejas casi juntas, sin depilar. Ella era una rebelde por naturaleza y el matrimonio de ambos no fue nada común, los dos tuvieron amantes, incluso se divorciaron, pero el divorcio duró solamente un año, en el fondo, se necesitaban mutuamente.
En 1953 tuvieron que amputarle una pierna a la altura de la rodilla, esto acabó por sumirla en la depresión y acabó por fallecer en 1954.
Su obra son cuadros de dolor, trozos de su propia vida.
Hoy en día su pintura es muy valorada y su figura mundialmente conocida.

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