lunes, 7 de julio de 2008

MOAIS



Moais con sus clásicos tocados rojos.



Los Moais de la isla de Pascua, de los que ya hemos hablado en otras ocasiones, símbolo de la cultura Rapa Nui, están siendo estudiados desde el punto de vista astronómico, por Juan Antonio Belmonte, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias y el antropólogo de la Universidad de Chile, Edmundo Edwards. Sobre todo estudian los "ahus", las plataformas ceremoniales donde estaban erigidos, ya que desgraciadamente la mayoría de los Moais fueron derribados en las guerras civiles que hubo en la isla en el siglo XVIII y solamente comenzaron a ser reinstalados a partir de la década de los cincuenta del pasado siglo XX.
La mayoría de los Moais están situados de espaldas al mar, algunos se orientan hacia las Pléyades, que ellos llaman "Matariki" (pequeños ojillos), y al Cinturón de Orión, "Tautoru" (los tres bellos) pero no miran al sol.
Y es que las Pléyades, les indicaban el comienzo del año, en el mes de Anakena, cuando salían al amanecer y marcaban en su última visión del ocaso, la estación de Hora Nui, la mejor del año, cuando se abría la temporada de pesca y se realizaban antiguos y complicados rituales en honor de los antepasados, frente a los Moais asentados en sus ahus. En esa estación estaba prohibida la guerra.
Orión, por su parte, también marcaba el principio del año y el inicio de las fiestas principales de la isla, las "Paina", en torno a la primera luna de verano.
En el extremo más oriental de la isla, en la península de Poike, se encuentra una piedra inscrita con grabados celestes, la llaman "la piedra para observar las estrellas", y próxima a esta piedra hay otra donde hay grabado un mapa estelar.
Este mapa es una representación clara de las Pléyades y la presencia de anzuelos en su decoración parece sugerir una conexión con la temporada de pesca, que venía marcada por el orto y el ocaso de estas estrellas. Precisamente ambas piedras se encuentran en el único lugar de toda la isla donde se ven las Pléyades al salir y ponerse en un horizonte despejado, sobre el mar. Así controlaban la navegación y el tiempo, a través de la observación de sus ortos y ocasos en momentos claves del año.
En el Pacífico, la observación de las estrellas es fundamental para la navegación y orientarse entre las islas, un papel que sigue vivo en Pascua, a diferencia de Canarias, con mayor relieve geográfico y con unos aborígenes de raíz bereber, con culto al Sol y la Luna.
Los únicos siete Moais de Ahu A Kivi, que miran al mar, contemplarían a Orión cuando se ponía en el horizonte marino, indicando también la llegada del nuevo año con la aparición de la luna nueva en el mes de Anakena.
Desgraciadamente, aunque de la cultura rapa nui se conservan inscripciones, las tablillas de madera rongo - rongo, nunca han podido ser transcritas, se sospecha que una de ellas podría ser un calendario lunar pero nadie ha sido capaz de traducirla con precisión. Necesitamos la piedra de Rosetta, capaz de ayudarnos a traducir los jeroglíficos.

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