Vivirás, por el amor de una madre.
La mujer guarda en sí el tesoro de la vida, nace para darla, nunca para causar la muerte.
Asi lo ha entendido la señora Liang Jianhong que ha pedido al tribunal clemencia para el asesino de su hijo y que pueda tener una segunda oportunidad, ya que su muerte, no le devolvería a su hijo.
Song Xiaomin, de 23 años, estaba en el corredor de la muerte por haber asesinado al hijo de Jianhong, porque no le pagaba una deuda de 560 yuanes que le debía. En China no se andan con chiquitas en estos casos, el año pasado se aplicó la pena de muerte a más de cinco mil personas. Pero Liang ha logrado que la pena sea solamente de 12 años y no de muerte, suplicando al tribunal; además ha rechazado cualquier indemnización, "su familia es aún más pobre que la mía", ha comentado, "no quiero que se endeuden por mi causa". Aunque Liang ha dicho que no desea verle porque su sola presencia le recuerda la muerte de su hijo, el asesinó cayó de rodillas entre lágrimas a sus pies cuando escuchó de labios del Juez que gracias a ella salvaba la vida y prometió cuidarla en la vejez, cuando salga de la cárcel.
Quizás no sea así, pero Liang ha dado al mundo entero una gran lección de piedad y ha dicho una gran verdad, una nueva muerte no daría la vida al asesinado. NO A LA PENA DE MUERTE.
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