DOS MILLONES DE JUICIOS SIN RESOLVER

Estiman los jueces que este año terminará con más de dos millones de juicios sin resolver, la mayoría correspondientes al ámbito penal.
El portavoz del Consejo General del Poder Judicial dice que, naturalmente, esto no quiere decir que esos casos se queden sin resolver, sino que tardarán más en resolverse. Pues claro, hasta ahí podíamos llegar, que no se resolvieran nunca. Pero el perjuicio que se causa a las personas es indudable porque entre esos dos millones de casos, ¿cuantos casos de pederastas que seguirán sueltos hay?, ¿cuantos de mujeres maltratadas que morirán a manos de sus maridos mientras la Justicia decide?, ¿cuantos violadores que reincidirán en vista de que el tiempo se alarga? Y luego, cuando suceda lo que inevitablemente tiene que suceder con gente de esa calaña suelta, nos llevaremos las manos a la cabeza (ellos, los jueces, los primeros) y todos diremos que hay que hacer algo de inmediato. ¿Y por qué es necesario esperar a que sucedan nuevos crímenes si ya sabemos que esas personas, por su propia naturaleza van a delinquir?, ¿por qué no darle prioridad a esos casos sobre los del pobre que ha robado dos chorizos porque se moría de hambre?. La gravedad de los delitos debería prevalecer sobre la fecha en que se cometen y juzgar cuanto antes aquellos que producen un gran escándalo social.