jueves, 10 de julio de 2008

LA DROGA DEL HIJO





Un interesante trabajo que publica esta semana la revista Pediatrics, demuestra que la sonrisa de un hijo es capaz de activar áreas cerebrales relacionadas con la recompensa y son las mismas áreas que despiertan en personas con adicción a ciertas sustancias, como la cocaína. Hasta el punto de que los investigadores llegan a equiparar el estímulo filial con un "subidón", todo un pico de emociones que desbordan a la madre.
El estudio se ha realizado con 28 madres primerizas, con una media de 29 años de edad, mostrándoles fotos que no conocían de antemano, tanto de sus
hijos propios como de otros bebés y se demostró que las fotos de sus propios hijos activaba de inmediato la región cerebral relacionada con la producción de dopamina, un neurotransmisor relacionado con el mecanismo mental de la recompensa y el desarrollo de algunas adicciones. Cuando el bebé sonreía, la madre mostraba una mayor activación de estas regiones.
Lo que si ha sorprendido a los investigadores es que ante la imagen de un niño llorando, la reacción de las mujeres no era diferente si el niño era propio o un desconocido. A mí no me sorprende, las mujeres sienten de inmediato la necesidad de consolar.
En resumen, cuando una madre observa a su hijo, aún en fotos, toda una red cerebral se activa y pone en funcionamiento para integrar información afectiva y cognitiva y convertirla en un comportamiento.
Yo he observado, sin fotos, en tiempo real, esa misma reacción en las gatas. Quizás la maternidad y su "subidón" de emociones, sea universal.

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