lunes, 7 de julio de 2008

VIVIR, ¿HASTA CUANDO?


Teresa es una mujer que ha vivido intensamente y se le nota, habla sabiendo lo que dice, es culta. Corrió en su juventud delante de "los grises", militó en formaciones de izquierda, se casó y tuvo tres hijos, se divorció y se ganó la vida como trabajadora social. Ahora ha decidido que no desea vivir más.
Tiene 85 años y sufre artrosis degenerativa desde hace diez años, lo que en cierto sentido es una suerte, que otros la sufren a edades muchísimo más tempranas. Pero ahora Teresa ve su vida reducida a estar sentada en un sillón, preguntándose qué nuevo dolor la atacará, que extremidad irá dejando de mover. Y es duro despertar cada mañana con ese pensamiento.
Lo único que desea es morir sin sufrimiento y cuanto antes, ella no puede hacer nada sola, paga a una mujer para que la cuide de día, aunque las noches las pasa sola en su piso de Madrid.
Sus hijos comprenden sus razones, pero se niegan a "colaborar". Y Teresa piensa cuantos años le quedarán así ¿15, 20? No desea vivirlos, está harta de sufrimientos. Ya disfrutó en su día de lo que la vida le ofrecía.
Se cortó las venas, pero la "salvaron". Pagó a un señor 3.000 euros para que le suministrara una inyección, pero ni se la puso ni le devolvió el dinero.
Teresa no quiere psicotrópicos que le quiten el dolor pero la duerman, prefiere morir conscientemente, con su cabeza centrada. Teresa piensa que si su casa y su cuenta corriente son suyos ¿por qué su vida debe depender de un Dios? Ha hecho el testamento vital, pero a juicio de los médicos, sus dolores aún no son "insufribles". Critica que el Partido Socialista no se atreva a legislar sobre una de las promesas que recogía ya en su programa de 2004. Teresa tampoco cree en la Iglesia, una Iglesia tan dura, no puede sentirla suya, si la vida es de Dios, que la aguante Dios, que ella ya no desea aguantarla más.
Yo pregunto ¿qué es lo que dignifica el dolor y el sufrimiento?

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