Todos estos productos y más, son comercializados por Puratos.
Mucha precaución que aquí a lo tonto, a lo tonto, con estos ciruelos nos estamos jugando la salud, entre el secretismo y su propia estulticia.
El Departamento de Salud de la Generalitat ha identificado 125 toneladas de aceite crudo de girasol presuntamente contaminado con hidrocarburo en una empresa de Sils (Girona), la T500 Puratos.
Este aceite había sido adquirido a una empresa francesa y procedía de Ucrania.
La compañía está dedicada a la fabricación de productos alimenticios y suministra margarinas para pastelería y bollería por toda España, además de pan, galletas, mazapán, helados y frutos secos.
La empresa ha pedido la paralización de la venta y el retorno de toda la mercancía, pero hay multitud de pequeños establecimientos que venden bollería que igual ni siquiera se enteran de este llamamiento.
También hay constancia de siete mil toneladas con hidrocarburos entradas por mar y que no se sabe por donde andan. Pues qué bien. Y 15.600 toneladas más llegadas de Ucrania, de las que tampoco se sabe mucho. Ante la duda, abstención, aceite de oliva, que es muy sano. Y cuidado con las conservas que no sean de aceite de oliva, por si acaso.
Cada vez se está más seguro de que la adulteración no ha sido accidental como se pensó en un principio sino que se trata de una estafa en toda regla.
Nada más lejos de mi intención que culpabilizar a Puratos, que es la primera afectada por la estafa, pero dada la escasa información que el Gobierno nos está facilitando creo que los consumidores tenemos derecho a defender nuestra salud y la de nuestros hijos. Por esta razón, yo recomendaría de momento ayuno de bollería y pastelería industrial porque esto puede ser solamente la punta del iceberg y con lo que hemos venido ingiriendo desde febrero cuando comenzó, al parecer, la estafa, tenemos ya toxicidad suficiente en nuestro organismo.
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