LO QUE NOS ESPERA

Esa mano derecha denota que su verdadero talante no es el tolerante que nos quiere hacer ver.




Mirando al cielo por si llueven ideas.


Una vez elegido Rodríguez Presidente del gobierno para una segunda legislatura, en segunda vuelta y con los únicos votos positivos de su propia mayoría minoritaria y abundantes votos negativos y algunas abstenciones, es de prever una legislatura bastante "movidita".
Porque aunque se le llena la boca presentándose como un Presidente sin hipotecas por no haber pactado con nadie para gobernar, a la hora de votar cada una de las leyes y los Presupuestos, para empezar, va a tener que pactar las cosas una por una, lo cual va a convertir su Gobierno en sumamente inestable y complicado, porque los nacionalistas están al acecho, esperando para exigir por cada uno de sus votos positivos. O sea, sus objetivos no han cambiado pero en vez de ir por las bravas, ahora irá a base de trapicheos con unos y otros.
Ahora tratarán de sacar a ANV de donde antes los pusieron para hacer con el PP un pacto antiterrorista duradero. Menos mal que desde el PP lo ven venir ya con reticencia.
Pero lo primero que tiene encima, aunque no lo diga, es el toro de la crisis económica que, o lo coge de una vez por los cuernos, o nos hunde a todos. En segundo lugar, el tema de la inmigración, Europa cierra cada vez más las puertas y aquí no dejan de llegar pateras. Y si aumenta el paro, como se teme, con la crisis de la construcción, y todos los emigrantes que ya estaban trabajando en ella van a la calle ¿qué ocurrirá? ¿Cómo encontrarán trabajo los que cada día van llegando? Y si no hay trabajo, aumentará la inseguridad ciudadana.
Y encima llega el verano y media España está sin agua, de las desaladoras prometidas, no es que no las hayan inaugurado, es que no han puesto ni la primera piedra. Y después de tanto negarse a los trasvases ¿qué solución mágica tiene la cuestión?
Ya veremos de aquí a tres meses lo que opina la calle, o si espera siquiera esos tres meses de cortesía, porque ya hay varias huelgas en puertas. Menudos cuatro años nos esperan.