viernes, 25 de abril de 2008

QUÉ BIEN SE VIVE SIN SALIR DE UN DESPACHO



Se ve que se vive muy bien en los despachos de la Junta de Andalucía, es más, en este caso en concreto llevan decenas de años apoltronados allí, sin ver lo que pasa alrededor. Y resulta que pasan muchas cosas, sin importancia para ellos, los de los despachos, pero de consecuencias gravísimas para quien los sufre. Me refiero a sufrir sobre todo las "firmas de los despachos", que son firmas de las de "ojos que no ven, corazón que no siente", de esas que lo mismo te quitan los hijos, como a esa desgraciada mujer recientemente muerta de cáncer (cáncer provocado por el mismo estrés y dolor causados) que te tiran la casa y te quedas en la calle.
En este segundo caso, en el de haberle tirado las casas, hay en en barrio de Santa Adela, de Granada, 184 familias, cada una de ellas con una media de cinco personas. Sus casas fueron derribadas bajo la promesa de construir nuevas viviendas y remodelar el barrio. De momento el Ayuntamiento les ha alquilado unas casas, mientras las otras se construyen; pero ahora se descuelga la Junta con que en ese agujero que han dejado, donde pensaban construir cuatro edificios con 254 viviendas no se puede construir y solicita al TSJA (Tribunal Superior de Justicia de Andalucía), que las paralice. Todo esto en nombre de velar por el uso público del subsuelo.
Está claro que si usted no hace los cimientos en el subsuelo ¿dónde los hace?
Pues eso es un tema que debería explicar la Junta una de las veces que baje del guindo, aunque me parece difícil que encuentren una explicación.
Aquí siempre acaba todo en un chalaneo entre unos y otros, constructores de por medio, faltaría más, que hacen de toda España una inmensa Marbella, aún en los municipios dónde no hay playa.

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